En este caso se trata de personalizar una botella/s como si fuese su propio vino.
Realmente no es de sus viñedos pero hace ilusión ver un vino con tu propia etiqueta y si regaláis una caja (según el vino todavía tiene un precio asequible), la persona puede sacarlo en ocasiones especiales, además de ser bastante divertido.
Como casi todo está inventado, se puede adquirirlas en Internet, pero si queréis ahorrar algo de dinero podéis imprimir las pegatinas y mirar si en alguna bodega os sirven botellas sin etiquetar.
Cuando a mi me hicieron este regalo, le añadieron también una etiqueta colgando del cuello, en la que se puede poner una fecha, o una dedicatoria personalizada, incluso alguna frase graciosa que os caracterice.
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